En el desarrollo o la capacitación de
cualquier actividad al aire libre, la orientación es una técnica básica que
necesitamos conocer y dominar, no sólo para planificar los itinerarios de
nuestras travesías o expediciones, sino que también debemos tener la capacidad
de “leer el terreno” y anticiparnos a lo que éste nos depara a partir de la
interpretación de cartas de navegación, mapas topográficos, fotografías aéreas,
imágenes satelitales y la información de las tablas de mareas y el pronóstico
del tiempo para llevar a cabo la navegación que nos lleve a buen puerto. Para
desarrollar dichas técnicas es necesario tener una buena visión espacial y una
combinación de conocimiento teórico, experiencia y criterio.
Como en todo, comenzamos con ensayos
de “prueba y error” o con una capacitación concienzuda. Sin embargo, es la
experiencia la que nos da esa capacidad de “leer” el ambiente y poder anticipar
las condiciones futuras con solo mirar las cartas, pronósticos y condición general
del grupo. Es por eso que, cuando comenzamos a involucrarnos en la actividad,
una adecuada planificación antes de lanzar los botes al agua toma extrema
importancia. Y como la experiencia a veces llega cuando no la esperamos…mejor
empezar de a poco y a conciencia.
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Planificar ANTES de entrar al agua |
Dentro de este espectro de conocimientos
para aprender a interpretar el espacio, incluimos tres disciplinas,
Orientación: Es “encontrar el
oriente”. En que dirección voy, debo ir o dónde queda determinado lugar (¿hacia
dónde?).
Posición: donde estoy o dónde
queda determinado lugar (¿en dónde?).
Navegación: Por dónde voy a
determinado lugar, conociendo en cada momento mi posición (¿por dónde?).
Las herramientas con las que
contamos los kayakistas para responder estas preguntas son: las cartas, la
brújula, el posicionador satelital., las tablas de mareas, un anotador, un
transportador y algo para escribir.
Nota aparte merecen los
posicionadores satelitales GPS. Y es
que con ellos podemos responder donde estamos y hacia donde vamos todo el
tiempo, con mapas a color, escalas cambiantes, horario de pesca…. Todo eso
hasta que se acaban las baterías o que la constelación de satélites no esté
disponible. El GPS de ningún modo reemplaza nuestro sentido de
orientación ni nuestros conocimientos de navegación. Es solo un aparato
más que nos sirve como complemento (muy útil por cierto) para la navegación, y
es complemento de mapa, brújula, nuestros conocimientos y otra vez…una dedicada
planificación.
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GPS, mapa y compás. Son complementarios |
Para no hacer demasiado extenso este
artículo, limitaremos éste a la orientación y ubicación y dejaremos para otro
artículo las técnicas de navegación.
Mapas
Un mapa es una representación a tamaño
reducido de una parte de la superficie de la Tierra. Dependiendo
del tipo de información que expresen, será el tipo de mapa: topográficos,
cartas náuticas, de vegetación, de senderos, geológicos, ruteros. Las más
útiles para el kayakismo de travesía son las cartas náuticas, las cartas
topográficas y las imágenes de google earth.
Como regla general, mantendremos las
cartas secas. Pueden estar en cubierta o bajo cubierta. Lo ideal es tener una
copia para trabajar en el agua y otra de repuesto. La copia, puede ser de una
porción del mapa (sin olvidarnos de incluir la escala en la copia) o podemos
sacar fotos de la carta original y seguir el mapa en la pantalla de la cámara
digital. Pero debemos tener una copia disponible para poder chequearla durante
cada trayecto.
Cartas
Náuticas
Están diseñadas para desplazarse sobre
el agua. La información que da es referida a todo lo que esté en el agua, bajo
el agua o la costa vista desde el agua y para quienes están en ella.
Profundidad, canales de navegación, boyas, barcos hundidos, puertos, faros y
todo lo relevante a quien se mueva en una embarcación. Sin embargo, hay poca
información costera y tierra adentro. La navegación en kayak es navegación
costera por lo que muchas veces nos falta información útil sobre zonas de
desembarco, campamentos, caminos o rutas de evacuación por tierra.
Las cartas náuticas también dan
información básica sobre las mareas y en algunos casos, sobre las corrientes.
El kayakismo de travesía ocurre a
“escala humana”, es decir, los trayectos a recorrer son similares a los que
podríamos cubrir a pie, en bici o a caballo (tracción a sangre). Las cartas
topográficas de escalas de 1:100.000 a 1:25.000 contienen información completa
del terreno y por lo tanto son muy adecuadas para nuestra actividad. Sin
embargo, por contra tienen que no incluyen información de lo que está “en” el
agua, y conocer la profundidad o las mareas es importante para poder predecir
corrientes, olas, u otras características.
Imágenes
Satelitales y Google Earth
Hoy es muy fácil obtener información
espacial de los sitios que vamos a navegar. Podemos estar ahí sin movernos de
casa y realizar una pormenorizada planificación utilizando la web. Tiempos de
navegación, localización de campamentos, rutas de evacuación, planes B y C e
imprimir todo eso a distintas escalas y tenerlo a mano durante el viaje e ir ajustándolo a medida que la realidad nos va regulando el paso. El Google Earth
nos permite volcar puntos georreferenciados en los mapas y calcular distancias
que podremos ir verificando en el campo a medida que avanzamos. Es información
complementaria a las cartas, no las reemplaza.
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Imagen Google Earth. Pueden añadirse puntos y una escala. La línea representa 1km. |
Entonces, ¿Que usar en la
expedición?
Todo lo que sea útil para nuestro
viaje!!
Un poco de
Cartografía: Entendiendo los mapas
La cartografía es la rama de las
ciencias geográficas que se dedica a expresar gráficamente el conocimiento que
se tiene de la superficie de la
Tierra en sus más diversos aspectos. Como lo hace…?
Elipsoides,
Sistemas de Referencia, Sistemas de Proyección
y Sistemas de Coordenadas
Intentaremos, de manera muy breve y
simple explicar estos conceptos.
Un mapa no es la superficie
terrestre llevada al plano, sino que es la proyección en 2 dimensiones de una
función matemática que se le parece lo más posible.
La Tierra tiene una forma redonda semejante a
una esfera, pero con montañas sobre el nivel del mar y depresiones submarinas
por debajo, con sus irregularidades y rugosidades. Es por estas irregularidades
que es imposible una representación matemática de la Tierra.
Lo que si puede
representarse es un elipsoide, que sería el sólido generado por la rotación de una
elipse sobre su eje. Es decir, algo “parecido” a la Tierra, con porciones que
le son tangentes.
Entonces, cada país tiene su propio sistema
de referencia y elipsoide de referencia que se adopta como sistema
geodésico para definir las coordenadas de los puntos de la Tierra. En Argentina los sistemas
de referencia son Campo Inchauspe 69 con elipsoide de referencia Hayford 1924 y,
el sistema de referencia Posgar 94 con elipsoide de referencia WGS84 (este es
el elipsoide de referencia más comúnmente utilizado en el mundo).
Es el elipsoide el que se proyecta
de una superficie curva a un plano, con las consecuentes deformaciones
(Argentina utiliza para sus cartas topográficas, el sistema de proyección Mercator
Transversa por fajas o de “Gauss Krugger” para trasladar su elipsoide al plano).
Dado que existe deformación al proyectar la superficie curva al plano, la
medición de distancias se verá afectada por la escala de la carta y por la
distancia al meridiano de tangencia. Si las distancias a medir son pocas o la
distancia a la tangente es poca, entonces el error por la deformación, es
menor.
Además, en cada carta encontraremos sistemas
de coordenadas, útiles para georreferenciar un punto. Estas coordenadas
pueden ser planas (cartesianas, son decimales) o angulares (geodésicas, son sexagesimales),
estando relacionadas al elipsoide de referencia.
Coordenadas planas: X de latitud o vertical
en la carta, referidas en las cartas del IGM a la distancia en km al polo sur
del elipsoide, e Y de Longitud u horizontal en la carta, distancia al meridiano
de referencia. En las cartas de IGM, son una grilla ortogonal recta (a 90º). A
este sistema de coordenadas también se lo llama de “Gauss-Krugger”. No
confundir con el método de proyección.
Coordenadas angulares: Son las llamadas
“geodésicas” y se expresan en grados de arco, la latitud o arco medido desde el
Ecuador hasta el paralelo local, y la longitud o arco medido desde el meridiano
de Greenwich hasta el meridiano local, determinado en el elipsoide de referencia (en las cartas Campo Inchauspe 69 del
IGN son las líneas que enmarcan la carta en la parte superior, inferior y a los
laterales). Hay cartas con grillado de coordenadas geodésicas. Estas pueden no
ser ortogonales.
¿Cual es la
importancia de esto?
Dado que los sistemas no son
idénticos, un mismo punto puede tener distintas coordenadas. Debemos saber
cuando ubicamos un punto en un mapa, de que manera lo estamos referenciando y
bajo que sistema. La información estará anotada en el mapa en la información
marginal. Normalmente, cuando trabajamos con GPS, utilizamos el elipsoide WGS84
y la cartografía argentina es casi toda Campo Inchauspe, que usa el elipsoide
Internacional o Hayford de 1924. Entre uno y otro sistema, puede haber 100 m o más de diferencia
para las mismas coordenadas geodésicas. Entonces, si por ejemplo durante
nuestra planificación marcamos un campamento y lo introducimos en el GPS para
navegar hacia el y lo hacemos en base a una carta del IGN, el GPS debiéramos
cambiarlo al sistema Campo Inchauspe para trabajar en el mismo sistema o saber,
que habrá una diferencia entre a donde vamos y donde nos dice el aparato que
vayamos (lo mismo si marcamos un paso, si transmitimos por radio las
coordenadas para un rescate e innumerables ejemplos).
Orientación
Como hemos dicho anteriormente, la
orientación es “encontrar el oriente” y a partir de allí, los otros puntos
cardinales. Esta
técnica, se ocupa de responder a la pregunta de ¿hacia dónde?
Todo queda definido por ángulos y
direcciones…
Tipos de
direcciones
Dependiendo donde estemos midiendo
el ángulo de una dirección (que sea una línea en la carta o en el terreno),
esta puede ser:
Azimut Geográfico: es el ángulo que una
línea de dirección forma con el Norte Geográfico (del elipsoide).
Dirección Cartográfica o Azimut
Plano:
es el ángulo medido entre la dirección Norte de la carta y la línea que en la
carta se dirige hacia el objetivo.
Dirección Magnética
o Rumbo: es el ángulo medido con la brújula entre la dirección del Norte Magnético y la
dirección del objetivo.
Entonces, estos tres ángulos son distintos y para una dirección dada en el
terreno (rumbo) le corresponderán otros ángulos en la carta (azimut plano o
geográfico) para el mismo objetivo, con lo que habrá que sumar o restar la
declinación o desviación magnética al hacer las conversiones (básicamente
porque el “cero” es distinto y para que coincidan uno y otro, hay que sumar o
restar esa diferencia que hace que los números sean distintos).
Entonces existen…
Tres
Líneas Norte
Dentro de la información marginal de
cada carta, en lo que se denomina el diagrama
de declinación, se detallan tres líneas norte, el Norte Geográfico, que
coincide con el polo norte del elipsoide de referencia –en general, los bordes
de la carta son meridianos del elipsoide-; el Norte de Cuadrícula, el
cual queda determinado por las líneas verticales (eje de coordenadas X) de la
cuadrícula impresa en la carta (Norte de Lambert) y el Norte Magnético, que se
determina mediante el empleo de una brújula cuya aguja se alinea con las líneas
del campo magnético terrestre. Si la cuadrícula es geodésica, solo figuran el
Norte Geográfico y el Norte Magnético.
Por lo tanto, quedan así definidos también
dos ángulos importantes:
Declinación
Magnética: es el ángulo formado por la recta que marca el Norte Geográfico (del
elipsoide) con la recta del Norte Magnético. Si el grillado es geodésico, solo
se representa este ángulo en la carta.
Desviación
Magnética: Es el que forman la recta que marca el Norte de Cuadrícula con la del
Norte Magnético.
(La Convergencia de
Meridianos, que es el ángulo entre Norte de Cuadrícula y el Norte Geográfico,
es de poca utilidad para nosotros).
Para que el ángulo rumbo y un ángulo
azimut midan “lo mismo” debemos sumar o restar…, Si la declinación (o
desviación, ahora generalizaremos como “declinación” y “azimut”) es Oeste, a la
brújula se le resta la declinación cuando lo pasamos a la carta. Por ejemplo,
el rumbo medido en el terreno es de 182º con una declinación oeste de 8º, si lo
queremos pasar a la carta este azimut es de 182-8=174. Esa es la línea que
consideraremos en la carta. Y al revés, si en nuestra planificación antes de
zarpar diagramamos los rumbos a seguir utilizando la carta (es decir, tomamos
los azimut que convertiremos en rumbos, los anotamos y los tenemos a mano para
ir chequeando), en el caso de la declinación Oeste, al pasar de la carta a la
brújula, le sumamos la declinación al azimut para obtener el rumbo (en nuestro
caso si nuestro azimut en la carta fue de 165º entre el puerto y el
promontorio, en la brújula será 165+8=173 el rumbo a seguir desde el puerto al
promontorio).
Si la declinación es Este, lo que
antes sumaba, se resta.
Cómo hago para acordarme?
La O de declinación oeste es
la también el circulo que representa brújula, y el palito que cruza la O de oeste, es la resta.
Para saber cual es la declinación o
desviación del sitio por donde nos vamos a mover, es conveniente conocerla
antes de salir. Esa información está disponible en la web o en los GPS. La
información que está en la carta (la variación anual de la desviación) en
general está tomada en base a datos de más de 50 años y no es precisa. Esa
información es útil para unos 3 años aproximadamente y el cálculo de la
declinación es importante cuando la diferencia es mayor a dos grados (error de
lectura de una brújula convencional).
La Brújula y el compás
Una brújula es una aguja imantada
que se alinea con el campo magnético terrestre, indicando la dirección del
Norte Magnético.
Para el terreno, las más
recomendadas son las que tienen un sistema de puntería con fácil lectura del
limbo. Las de espejo o aquellas con un sistema óptico de puntería son las más
útiles en el campo. Una vez tomados los rumbos, se vuelcan los datos al mapa
utilizando un transportador.
Para trabajar en las cartas, se
utilizan las de cuerpo transparente, pero son poco útiles en el terreno si no
se dispone de otro elemento de medición.
Para seguir un rumbo en la embarcación
podemos usar un “compás” de navegación, donde el limbo (o la “rosa”)
generalmente flota en líquido (agua y alcohol) marcando el ángulo de dirección.
Se lleva en la cubierta del kayak para facilitar la lectura.
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Compás en cubierta, con la carta. |
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También puede usarse una brújula de espejo, pero al mojarse se dificulta la lectura de la aguja. |
Antes de utilizar la brújula o el
compás, debemos cerciorarnos que no hay ningún objeto que interfiera o
modifique la lectura. Normalmente, en un kayak no llevamos nada de metal, pero
si baterías (las pilas de la cámara fotográfica!!).
Marcando un
rumbo
a) Hallar el rumbo sobre una dirección
dada en el terreno:
Para medir el ángulo (rumbo) de un
objeto en el terreno, debemos ubicar la brújula delante de nosotros apuntando
con el sistema de puntería hacia el objetivo (supongamos un puente). Luego, sin
dejar de apuntar, debe girarse el limbo de tal manera que la aguja coincida con el N del limbo (o flecha
Norte). El punto indicador fijado en la caja de la brújula, que coincide con
los elementos de puntería, nos indicará el rumbo en el que se halla el puente. Si
la brújula tiene espejo, nos permite una lectura más cómoda sin dejar de
apuntar al objetivo.
b) Hallar el rumbo en grados sobre
una dirección dada en el terreno:
Es inverso a lo anterior. En primer
lugar se gira el limbo de la brújula hasta obtener el ángulo deseado en le
punto indicador (supongamos 36º). Girando con la brújula, se hace coincidir la
aguja con la N del
limbo. Los elementos de puntería indicarán el rumbo deseado.
c) De la Carta al terreno:
Se traza una línea recta en la carta
desde el punto de partida hasta el objetivo deseado. Se coloca el transportador
sobre la intersección de esta línea o su prolongación y un meridiano (línea
cartográfica Norte-Sur). Se gira el transportador hasta que el cero coincida
con la dirección Norte del meridiano. Se mide el ángulo entre el meridiano y la
línea trazada originalmente. Luego se corrige la dirección sumando o restando
la declinación magnética local, obteniéndose el rumbo. A partir de allí
continua el caso anterior.
Siguiendo
un rumbo. Puntos de referencia
Con una brújula o el compás se puede
seguir una línea razonablemente recta hacia el objetivo, que puede o no estar,
a la vista. Para evitar avanzar mirando constantemente la brújula (o porque se
moja el compás y no puedo leer los números o porque hay olas o viento y no la
puedo sacar si la guardé), deben tomarse puntos de referencia en la primera
lectura y avanzar hacia ellos. Dado que a medida que avanzamos la perspectiva
cambia, lo mejor es tomar varios puntos de referencia cercanos (un promontorio,
una punta, un árbol, la dirección del viento en ese momento, la dirección de
las olas) y otros de referencia lejana (la cima de una montaña, la posición del
sol, una estrella). Cuando llegamos a estos puntos intermedios, deberíamos
chequear el rumbo y continuamos avanzando hacia destino. Este método tiene la
ventaja que no debemos necesariamente remar en línea recta sino que sólo
debemos llegar hasta el punto medido.
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Buscar una referencia cercana (dirección de las olas, viento) y una lejana. |
Referencia trasera: si no hay ningún
punto de referencia hacia delante, podemos probar detrás nuestro y encontrar
uno a nuestras espaldas.
Posición
Posición es lo que nos permite
determinar nuestra situación relativa en el terreno y la de otros objetos.
Puede hacerse a simple vista, si los elementos del paisaje lo permiten;
utilizando solamente el mapa si es posible reconocer puntos en el terreno
trasladables a la carta o una ubicación puntual utilizando mapa y brújula
(triangulación) o el GPS.
Tipos de
Posición
Área: Consiste en saber en que
zona de la carta nos encontramos (“estamos por acá…”). Puede ocurrir en
paisajes muy monótonos o con pocas referencias como en la bajada de un río o en
un cruce de aguas abiertas donde estimamos nuestra posición por rumbo, deriva,
velocidad y tiempo de navegación.
Línea: Consiste en saber en
qué línea estamos. Puede ser un río, un canal de navegación, una línea de
costa, una ruta o una línea recta imaginaria que nos une con otro punto (un
rumbo).
Punto: Consiste en conocer
sobre la carta nuestra posición. En la imagen anterior, al llegar al puente
sabremos exactamente donde estamos y es donde se crucen las líneas del río y el
puente.
Triangulación
(Posición con mapa y brújula)
1.
Orientar la carta (esto es, con su parte superior dirigida
al Norte).
2.
Seleccionar en la carta dos puntos que sean identificables
en el terreno (conviene que el ángulo formado entre la nuestra posición y la de
los puntos de referencia sea lo más cercano posible a 90º o mayores. Esto
mejora la precisión del método).
3.
Tomar los rumbos de esos puntos con la brújula
4.
Calcular contra rumbos (180 + rumbo) y convertirlos a
contra azimut con la declinación magnética.
5.
Aplicar con un transportador dichos contra-azimutes sobre la
carta.
6.
En la intersección de ambas líneas se encuentra nuestra
posición.
7.
Es conveniente verificar la posición con un tercer punto.
Conclusiones
Esto es solo una parte de
los conocimientos necesarios si queremos lanzarnos a una expedición o una
travesía de varios días. Falta aún lo más importante que es la navegación, que
es el “por donde” vamos a ir de un sitio a otro y esto afectado por las
variables siempre cambiantes de nuestra actividad (corrientes, olas, viento,
marea). Hay mucho más sobre cartografía, orientación y posicionamiento a
considerar, pero esto es solo un pantallazo para que, aquellos que se están
iniciando, tengan en cuenta algunas de las cosas a dominar que hace tan
interesante el kayakismo de travesía.
Mucha suerte y buena
remada!
Santiago