Últimamente se ha discutido
en numerables ocasiones el “tema” de las certificaciones. Que la ACA , la PNA , la BCU y la mar en kayak.
En este artículo, definiremos algunas cosas como para hacer algunas aclaraciones y comentarios y cual podría
ser un escenario posible para Argentina a través del ejemplo de otras
instituciones.
Es necesario trabajar sobre
el tema con una visión horizontal (entiéndase, bajarse del caballo) mirando el
futuro para poder asistir a los tomadores de decisiones sobre nuestra
actividad.
Disfrutar de un programa de canotaje en zona agreste. Ambiente "controlado". |
Certificación
Una certificación es una
acreditación que otorga una institución que dice que uno tiene un nivel mínimo
de conocimientos.
Nada más, ni nada menos. Una
certificación, no habilita, pero está enmarcada dentro de un código de ética
profesional.
Los tomadores de decisión son los que habilitan y regulan (Administración de Parques Nacionales, ministerios de turismo). Nosotros, como especialistas, podemos asistirlos en la toma de decisiones mas "correcta" sobre habilitaciones, reglamentos, leyes.
Los tomadores de decisión son los que habilitan y regulan (Administración de Parques Nacionales, ministerios de turismo). Nosotros, como especialistas, podemos asistirlos en la toma de decisiones mas "correcta" sobre habilitaciones, reglamentos, leyes.
Entonces, al obtener la
certificación no solo acreditamos conocimientos mínimos sino que también adquirimos
un compromiso. Un compromiso legal, un compromiso social y esto incluye asumir
un código de ética profesional.
Y esa es una de las
diferencias más importantes entre quienes posean y no posean una acreditación.
En caso de accidente y a la
hora de definir responsabilidades, el ser poseedor de la certificación es
fundamental, porque estamos entrenados para hacer lo que hacemos. Existe un aval, un marco teórico y jurídico de donde un juez puede tomarse. Y el tener la certificación es un resguardo.
Y los accidentes ocurren…la
diferencia es, que hacemos una vez ocurrido el accidente.
Como dijimos, el obtener la certificación
no nos da los conocimientos “de todo” lo que hay que saber, pero es el mínimo
para poder comenzar y ganar la experiencia necesaria.
Instructores
En este punto diferenciemos
instructor de la figura del “entrenador” que no la vamos a tratar en este
artículo. El entrenador no solo enseña sino que trabaja con sus entrenados en
programas a largo plazo para un fin particular. Puede ser deportivo de alto
rendimiento o preparar kayakistas para una expedición. Hasta ahí llegaremos con
los entrenadores porque esto sería competencia de la Federación Argentina
de Canoas (FAC).
El instructor es un educador,
por lo que debería estar formado para la enseñanza. No solo conocer las
técnicas que enseña de manera tal que pueda demostrarlas, sino saber encontrar
que necesita cada alumno (más visual, auditivo o kinestésico para el aprendizaje) y cual es la mejor
manera de transmitirlo.
Instructores: Enseñanza de las técnicas cubriendo los campos visual, auditivo y kinestésico. |
Ambiente controlado. Óptimo para el aprendizaje. |
Eso es lo que enseña un curso
de formación para instructores. A enseñar la técnica (que debe ser lo mejor
posible) tomando como base la seguridad, dentro de un ambiente controlado y estar preparado para responder a
las eventualidades de la actividad.
El radar del instructor
escanea necesidades de aprendizaje y responde con una técnica de enseñanza
particular centrado en la seguridad.
Guías
Un guía es el encargado de
que un grupo de personas (con sus necesidades y deseos) lleve a cabo un programa de recreación en zona
agreste. Esto debe hacerse dentro de parámetros de seguridad, cuidando el medio
ambiente y transmitiendo conocimientos de la historia natural del sitio a
recorrer para mejorar la vivencia.
Un grupo es dinámico… existen
las necesidades y deseos de cada uno de los participantes, lo que genera una
dinámica particular en cada grupo. El guía debe balancear esas necesidades
personales con los objetivos del programa. Y para hacer esto hay muchas
opciones y estilos, desde una administración “dictatorial” del grupo, donde
todas las decisiones son tomadas por el guía, hasta un “laissez fair” (dejar
hacer) donde el guía se sitúa por fuera del grupo (y arriba como observador) y
los deja hacer, interviniendo solo cuando lo cree necesario. Un mismo grupo
puede pasar de un estilo a otro dependiendo de las condiciones. Donde es
necesario tomar más el control, nos movemos hacia un lado de la línea, de lo
contrario, podemos dejar que el grupo fluya con su dinámica (conocimientos en manejo de grupos).
Obviamente, las necesidades
personales del guía deben ser relegadas por el bien común.
Como líder de grupo, también
es un docente, pero la función primaria del trabajo docente del guía es, a
través de la enseñanza de las técnicas, disminuir el riesgo de accidentes. Eso
nos ahorra un problema a futuro, más allá de que para el cliente el aprendizaje
pueda ser una experiencia en si misma. Es por eso que no se requiere que la
técnica del guía sea tan “impecable” como la de un instructor (conocimiento en educación).
Por otra parte, durante el
desarrollo de la excursión se debe hacer un escaneo constante de las condiciones
ambientales actuales, a futuro y como puedan incidir sobre el grupo. La
administración del riesgo es el trabajo más importante que tiene un guía
(cumplir el objetivo, de manera segura) y como responder una vez ocurrido el incidente
(conocimiento en primeros auxilios, rescate, toma de decisiones, comunicaciones, planificación...).
Dentro de las guiadas podemos
diferenciar,
Guiadas de un día
Hay poca interacción entre
los miembros del grupo. La dinámica de grupo como propiedad emergente casi no
existe, por lo que el guía puede limitarse a cumplir con el programa (ejercer
un control “total” del grupo para el cumplimiento del programa). La certificación
ACA para guías es para excursiones de este tipo. Es conveniente que los guías
sin experiencia comiencen con estos grupos para ganar experiencia en manejo de
grupos y administración del riesgo.
Guiadas de un día permiten más control del grupo por la poca interacción. |
Guiadas de múltiples días
Hay una importante interacción
entre los miembros del grupo. Comen juntos, duermen juntos, viven juntos…Eso
genera propiedades emergentes que son propias del grupo y está en el guía
identificarlas y administrarlas.
Por otra parte, en
excursiones de múltiples días, las condiciones ambientales cambian, hay más
riesgos y más probabilidad de incidentes. Por lo tanto, el trabajo es más
complejo y se deben administrar distintos niveles: psicológicos, ambientales,
objetivos del programa, riesgos, y de ahí surge un estilo de guiado para ese
grupo en particular. Si un guía hace dos guiadas iguales, es que algo no hizo
bien.
Es más conveniente que estas
guiadas sean lideradas por guías con experiencia.
La formación de un guía es
extensa. Se comienza con una certificación pero es la experiencia la que da
forma al estilo de cada guía. Pero con algo se empieza.
Entonces un guía o un instructor
deben tener distintas características y estar entrenados en ciertas
habilidades:
Conducta profesional y
conocimiento de las debilidades y defectos
Enseñanza y facilitación
Cuidado del medio ambiente
Administración de programas
Administración del riesgo
Habilidad técnica
Es “necesario” estar
certificado para ser instructor o guía?
Obviamente no. Las técnicas
se aprenden y se transmiten. Sin embargo, y como dijimos antes, una
certificación les da, a los certificados, además de una formación
estandarizada, un marco legal y ético donde moverse, y a las empresas o
clientes que trabajan con esos guías o instructores, una constancia de
idoneidad. Es por esto que es “conveniente” para aquellos que trabajan en
actividades de recreación al aire libre, obtener las certificaciones como
protección ante posibles inconvenientes legales.
La realidad internacional
En otros países, hay
distintas organizaciones que forman kayakistas, guías e instructores y lo hacen
hace muchos años. Como muy breve resumen y tocando algunos puntos:
En Inglaterra es la British Canoe Union
(BCU), que está considerada como una de las mejores del mundo formando
instructores. Tienen un programa muy completo para las distintas disciplinas
con 5 niveles de dificultad y para acceder a un nivel como instructor se debe
estar certificado en el nivel superior de habilidad. El inconveniente principal
es que uno debe cumplir todo el programa para ascender por los niveles. Todos
empiezan del nivel 1 independientemente de sus conocimientos. Esto lleva a que
formar un instructor de los niveles más altos, lleve muchos años.
En Estados Unidos existe la American Canoe
Association (ACA). Ellos basan su sistema en el de la BCU sin embargo si uno tiene
el nivel técnico para comenzar con un nivel 4, puede hacerlo. Es más flexible y
fue el sistema elegido en Argentina (principalmente porque era el que estaba
disponible).
Canadá: En este país la
formación de guías es muy completa. Para ser guía del Sea Kayak Guides Alliance
of British Columbia se debe seguir un extenso programa y para pasar de un nivel
a otro se exige un mínimo de días trabajados en el nivel anterior o como
asistente en el nivel solicitado.
¿Hay algo en Argentina hoy?
Sí, las normas Iram Sectur
para canotaje.
Un ejemplo en Argentina: Las asociaciones
de guías de montaña
En Argentina existen dos asociaciones
que nuclea guías de montaña, con cuatro escuelas de formación; la Asociación Argentina
de Guías de Montaña (AAGM, con sede en Bariloche) y la Asociación Argentina
de Guías Profesionales de Montaña (AAGPM, con sede en Mendoza). En el caso de la AAGM , la formación de guías
lleva un mínimo de dos años para la categoría menor y se exige un curriculum
laboral y deportivo (mínimo de 5 años) para aplicar al examen de ingreso. En el
caso de la AAGPM
hay una escuela de formación con título de nivel terciario. No se exige
conocimiento previo al ingreso, pero la formación es intensiva en esos 3 años.
Después de muchas idas y
vueltas, hoy estas instituciones son reconocidas a nivel mundial y forman parte
del la Unión
Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña (UIAGM), el
organismo más prestigioso del mundo en la profesión. Para poder entrar en la UIAGM , los cursos de
formación fueron monitoreados por instructores italianos de la UIAGM.
Actualmente, se está tramitando la
certificación UIMLA, otra unión internacional de asociaciones de guías y esos
cursos, también serán monitoreados por instructores UIMLA de otro país.
Para obtener estas
titulaciones internacionales, se debe seguir un riguroso programa de selección,
con un extenso curriculum deportivo. Una vez dentro los guías deben continuar su carrera de formación
en dos años como mínimo con otros 6 cursos de formación.
En este momento, ambas
instituciones (AAGM y AAGPM), después de muchos años de desencuentros, están
trabajando lado a lado para mejorar cada día y en este momento están trabajando
sobre una ley nacional para regular el trabajo de los guías de montaña.
Un posible escenario para las
certificaciones de kayakismo Argentina
Es evidente que algo tenemos
que hacer. La actividad está creciendo mucho, aún más si consideramos los
kayaks sit on top y es evidente que la mayoría se lanza al agua desconociendo las
mínimas medidas de seguridad.
Entonces, donde debemos
trabajar es en la formación de instructores como medida más importante. Su
capacitación y acreditación. También puede extenderse a los guías de kayak que
quieran ofrecer sus excursiones.
Aún no hay centros de
formación o certificación de instructores o guías que involucren a los
kayakistas de travesía y no sería correcto que la FAC o la Febocak (federación
bonaerense de canoas y kayaks) lo hagan a través de sus entrenadores de
competición, que son especialidades diferentes. Esto debiera hacerse a través
de especialistas ad hoc, que sean kayakistas de travesía con experiencia en
estos campos (nacionales o extranjeros) y que estos sean el núcleo para formar
instructores que sean la base de nuestra pirámide.
Podríamos hacerlo desde cero,
tomando algunas de las consideraciones (o todas) de la certificación IRAM Sectur
para servicios de canotaje pero que cubra las necesidades de toda la geografía
del país, que no sea el rancho de unos pocos y
sea lo suficientemente flexible como para sostenerse y evolucionar en el
tiempo.
Cuando en 2009 iniciamos los
programas con la ACA
(desconocíamos que en Bariloche estaban haciendo lo mismo), el fin era ese.
Obtener una certificación internacional que nos convalide como guías e
instructores y saber donde estábamos. Fue el inicio de un camino pero no
significa que sea el único, pero alguno tenemos que tomar.
En el kayakismo todavía nos
falta muchísimo trabajo para lograr algo así, pero podemos comenzar con algo.
Dejando de lado los “divismos” y las necesidades particulares y lograr algo
“serio” aunando esfuerzos hacia un futuro común.