jueves, 15 de mayo de 2014

Elegir un compañero

Elegir un compañero de travesía

Es un tema complicado de tratar…

Cómo es eso de elegir un compañero? Si remo con mis amigos!!

Claro…también…


Elegir un compañero…¿por qué?

La elección del compañero es como elegir nuestra travesía.
Porque compartiremos muchas horas con ellos y ellos serán nuestro apoyo y soporte en los momentos en que los necesitemos…y tienen que estar ahí….
En el lugar correcto en el momento justo…
Ni más, ni menos…

Por eso, a la hora de elegir "nuestro compañero" (o al grupo en realidad, tomémoslo como sinónimo) debemos preguntarnos si nuestro viaje es

Con nuestros amigos (donde el “a donde” es lo de menos, salvo compartir la experiencia con mis amigos),

Remar para disfrutar con nuestros amigos. "Fluir sin exigir"

O elegir en base a la actividad. Entrenar, comer, pescar o lo que sea, donde lo ideal es estar con alguien motivado para eso...
 
Entrenar con alguien motivado
O, lo que más nos interesa en este artículo

Una travesía de expedición donde la travesía es el objetivo concreto, (veámoslo como un viaje interior donde estamos nosotros en esas condiciones “fuera de la zona de confort” que queremos experimentar).

Y es a esta clase de viaje en la que nos vamos a enfocar…

Un compañero de expedición

A priori, nosotros mismos
En principio y como primera medida, antes de embarcarnos en un viaje “serio”, debemos conocernos a nosotros mismos y no convertirnos nosotros, en el compañero indeseable que todo el mundo desea evitar.

Como somos bajo estrés?
Hacia que pecado capital nos lleva el egoísmo de la carencia?
Como nos pega la mañana? Y el hambre? Y la lluvia? Y dormir en piso duro? El cansancio? El frio? El posponer?...etc, etc…

Cuando uno está bajo estrés o fuera de su “zona de confort”, tiene un comportamiento más “sensible” a los cambios de humor. Hay que saber identificarlos y manejarlos de la mejor manera posible para no caer en conflictos y “ponerle onda” porque en general las situaciones se desmadran porque no supimos leer las señales o no les dimos importancia y en general cuando uno tiene un “problema” (hambre, sueño, memareoconlasolas…) se la toma con el otro (no sos vos mi amor, soy yo). Por eso, debemos saber leernos y "relajar" (tolerancia, tolerancia y todas la virtudes teologales de todas las religiones y creencias, que para eso están).



Algunas consideraciones

La expe y nuestros mejores amigos
Si el objetivo es la travesía en sí mismo, el cumplir un sueño que tengamos, no conviene meter a nuestros amigos más cercanos en nuestro rollo, porque podemos terminar mal.

Cada lugar tiene particularidades especiales: las distancias (físicas y emocionales), las condiciones meteorológicas adversas, lo duro de los días de remada, de los lugares de acampe, del mal humor, la cocina, el sueño, el frío, la lluvia y otras tantas pero tantas cosas imprevistas… que no son para cualquiera y una hermosa amistad en tiempos de abundancia y vida sencilla pueden terminar distanciándonos.
Y cada quien tiene sus sueños, sus deseos y sus prioridades.

El estrés, el tedio, la incertidumbre…
Bajo estrés, el umbral de tolerancia baja por lo que es muy importante darse cuenta de esto en nosotros y en los otros.

Y ser más tolerante…
Sabiendo que el humor cambia a lo largo del día y del viaje.
 
Hay cambios de humor a lo largo del día. Debemos ser tolerantes.

Si nos queremos “ir”, busquemos gente que tenga afinidad y habilidad por esas condiciones y sitios a donde queremos y que tengamos también afinidad mutua.

Y Si queremos ir con “alguien” a un viaje y someterlo a condiciones que no le interesan o para lo que no está preparado…va a terminar mal.
Y al fin de cuentas, lo que queremos es disfrutar.
Los ideales son aquellos compañeros a quienes no hay nada que decirles, que ya saben como trabajar en todo momento pero para eso, hace falta mucha experiencia. Allí todo fluye "armoniosamente" (o saben que está todo mal pero se manejan).
  
Más experiencia genera más armonía.

Pero a fin de cuentas y enfocándonos….

El primer paso para asegurarnos una expedición “agradable” es elegir un grupo compatible. Como dijimos, remar en el contexto de una expedición está llena de tensiones, y los kayakistas pueden llegar a límites de agotamiento mental y físico.
La capacidad técnica del grupo debe estar a la altura de las exigencias de la travesía elegida. Los miembros del grupo deben tener caracteres que resulten compatibles entre sí y han de ser capaces de mantener una convivencia armoniosa en estrecha proximidad con otras personas y bajo condiciones de tensión. Los kayakistas deben aceptar la filosofía de la expedición, en cuanto a estilo, impacto ambiental y grado aceptable de riesgo. Y todo eso debemos definirlo antes de partir para disminuir los roces durante el viaje.

 
La compatibilidad y armonía nos llevan a mejorar la experiencia y aumenta la probabilidad de exito
Liderazgo
Si fuera necesario, es importante ponerse de acuerdo en cuanto al liderazgo antes del inicio de la expedición. Si todos tienen más o menos la misma experiencia, la democracia suele funcionar.

Si uno de los kayakistas es mucho más experimentado, podría asumir un papel de líder de expedición (definido antes de la partida) y éste puede delegar tareas en otros miembros del grupo para distribuir responsabilidades y bajarle el estrés o disminuir la posibilidad de generar una dictadura y que todo se desmadre.

Tamaño del grupo.
El número de kayakistas en una expedición depende en gran parte de la travesía.

Un grupo de 2 a 4 puede ser óptimo en travesías largas o de alta exigencia.

Un equipo de 2, es el mínimo. El principal inconveniente es que si uno de los dos se lesiona, debemos resolver como buscar ayuda y asistir al compañero. En caso de tener que remolcar, no hay asistencia y siempre remolca uno…
 Además, la interacción…en un grupo de 2, solo podemos interactuar con uno. Eso aumenta la probabilidad de choques y tenemos menos escapes mentales con “otro”. Por eso también es “mejor” un grupo de más de dos. Sin embargo, el equipo de 2 puede ser altamente eficiente si sabemos llevarlo.

En un grupo de dos, siempre interactuamos con el mismo.
En un grupo de 4, nos podemos subdividir en dos de dos para optimizar el equipo de campamento y las tareas. Incluso podrían ser grupos independientes o donde a cada miembro del grupo se le asigna una tarea determinada (búsqueda de leña, armado de campamento, cocina, secar equipo). Esto aumenta mucho la eficiencia. Si la expedición es larga, podríamos optar por rotar las tareas para generar variaciones y disminuir el tedio y la rutina.
Además hay una buena interacción donde podemos "relajarnos" mentalmente al poder interactuar con más personas. Eso en general disminuye los roces. 

El grupo de 3 (el tamaño de grupo que más me gusta a mí personalmente), es más seguro, donde en caso de accidente uno puede quedar con el compañero y otro busca asistencia. Además sigue siendo muy eficiente por la división de tareas y tenemos interacción con otro. Si uno tiene un mal día, hay otro con quien interactuar. 


En grupos de más de cuatro en expedición, conviene armar subgrupos que pudieran ser independientes por si llegaran a separarse incidental o intencionalmente (áreas de acampe muy chicas, distinta velocidad de avance, exploración, etc) y/o grupos con tareas asignadas previamente . Esas tareas que antes las asignábamos para uno, las hace un grupo, lo que mejora enormemente la eficiencia. 
A medida que aumenta el tamaño del grupo, también aumentan las complicaciones de logística (transporte, comida, alojamiento, equipo) y también las interacciones, positivas y negativas dentro del grupo.

Al definir el tamaño del grupo, es necesario balancear las necesidades y deseos personales para el éxito de la empresa que nos estamos planteando y determinar cual sería el número más conveniente para el objetivo planteado. Preguntémonos las preguntas correctas...

Distribuir las tareas, incluso en lo más simple, mejora la eficiencia.

Tiempo para relajar

Relajarse durante la remada para disminuir tensiones físicas y mentales
Es muy importante durante nuestro viaje, tanto cuando remamos como cuando termina el día de remada, el tener tiempo para relajar. Para poder estar a solas con nosotros mismos, charlar con los demás y poder descomprimir las tensiones del día. Un fuego, unos mates son el momento ideal para eso. Un buen libro que no tenga nada que ver con lo que estamos haciendo es una excelente compañía al momento de desconectar.

Relajarse al final del día. Compartir experiencias y tomarse tiempo para uno y los otros.

Expediciones guiadas
Llevar un guía puede resultar apropiado si nuestra experiencia, tiempo o conocimiento del lugar que nos planteamos no son los adecuados. Si no se tienen o no encontramos los compañeros adecuados o si la perspectiva de organizar algo tan serio es demasiado complicado. Optar por una expedición guiada permite pasar más tiempo disfrutando de la experiencia y menos tiempo organizándola, y al momento de remar, en general podemos relajarnos más, porque hay alguien encargado de la navegación y del escaneo constante del ambiente.

Un guía facilita la experiencia a los que no tienen experiencia o tiempo suficiente.

Pero una expedición guiada costará más dinero que una particular. Y además no podemos elegir los compañeros, que es una de las experiencias más ricas de una expedición.
Si finalmente decidimos que una empresa arme o lidere nuestro viaje, es importante indagar sobre la empresa prestadora del servicio y los guías:
-        Los guías y el prestador están habilitados para la actividad?
-        Tienen seguro de responsabilidad civil?
-        Entrenamiento en primeros auxilios y rescate?
-        Historial en seguridad y éxito en expediciones.
-        Experiencia del guía y el resto del grupo.
-        Referencias de otros clientes de esa empresa y de kayakistas reconocidos de la zona.
-        Compromiso con el medio ambiente.

En un grupo guiado, otro se encargará de la gestión del riesgo.
Ser observadores de uno mismo
Un viaje es una experiencia enriquecedora desde todo punto de vista, pero principalmente es un viaje a uno mismo. Por eso es importante dejar que este “viaje interior” fluya y lo dejemos fluir. Para eso, debemos primero ser buenos observadores de nosotros mismos, con nosotros y los otros. Identificar nuestras debilidades, defectos y fortalezas nos ayudarán a ser mejores y permitir que nuestro viaje “externo” sea una experiencia inolvidable (y muy saludable).

Mirar para adentro y ser buenos críticos de nosotros mismos.


Saludos y Buena remada!!

Santiago



6 comentarios:

  1. Excelente Santiago, se nota que hay experiencia y capacitación tras esos textos. Saludos!

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  2. Muy bueno Santiago. Gracias poro compartir.
    Salud y buenas remadas desde Uruguay

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  3. y en solitario???, entiendo q no se debe, pero en fin es lo que suele pasar..que precauciones tener?? Gracias

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  4. Hola! Ya escribiremos un artículo sobre navegar en solitario. Gracias.

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